viernes, 9 de enero de 2009

¡Felices 15 años Carla!


¿Se puede amar a alguien que aun no fue concebido? Puedo asegurar que sí, porque toda la vida soñé con tener una sobrina como vos, Carla. Recuerdo unos días antes que tus padres me anunciaran que estabas en camino, presentí tu presencia y se lo comenté sólo a mi tía Laly, como una corazonada… Como ya lo sabés deseaba que fueras una nena (anhelo sólo compartido por mi madre, tu abuelitita Marta y por tu abuelo paterno, Carlos), pero como persona reservada que sos no te quisiste mostrar en la ecografía (para una señora ansiosa y curiosa como tu mami, fue terrible); unos meses antes de tu nacimiento, las cosas se complicaron y me quedé a cuidar a mi hermana, le tocaba la panza y pateabas como loca, creo que ya estábamos conectadas…
El día de tu llegada (hoy hacen 15 años) lo recuerdo como muy luminoso y para nada caluroso, nos enteramos que tu madre estaba internada y nos fuimos con tu abuela a verla, y al salir tu abuelo Ponsi vaticinó: -“No se hagan ilusiones, es Nicolás no Carla” (tendría que aguardar otros cuatro años para poder cumplir su sueño de tener un nieto varón) y llegamos tan convencidas de su presentimiento al sanatorio, que cuando nos encontramos a tu papá y con una sonrisa de oreja a oreja nos dijo “¿La vieron a Nancy? ¿y a la nena?” nos abrazamos con mamá y nos pusimos a llorar como dos tontas. No te pude ver el primer día, porque estabas en la nurse, controlada, pero no hizo falta, ya estaba loca por vos. Seis días después, tus padres formalizaron el pedido para que fuera tu madrina, con la condición que no te inculcara ni ideología, ni equipo de fútbol ni religión (¡qué casualidad! Al día de hoy coincidimos…) nunca dejaré de agradecerles ese gesto tan generoso.
Con vos aprendí a convivir con un bebé, a cambiar pañales, a levantarme a las 4 de la mañana para llevarte con tu mamá, a perderle el asco a ciertos “accidentes”, a armarme de una paciencia que hasta entonces desconocía que tenía, perdí todo egoísmo para poder disfrutarte plenamente, contaba las horas que me faltaban para verte. Me hiciste emocionar cuando por primera vez me llamaste “chía”, cuando tu mami te puso al teléfono para que me cantaras el feliz cumpleaños, cuando me escribiste esa redacción nombrándome como la persona que más admirabas y cuando compartimos ése primer recital al que asististe para ver a tu banda favorita que también resultó ser una de las mías.
¿Qué puedo decir sobre vos? Que sos maravillosa por fuera y por dentro, siempre fuiste bella pero no por eso vas por la vida haciéndolo valer, todo lo contrario, tenés una preciosa personalidad que es tu verdadero don. Me encanta cuando compartimos gustos, hacemos bromas con pavadas y nos reímos hasta hartarnos (prefiero no entrar en detalle de las consecuenciasJ), también cuando hablamos en serio y planteamos nuestras ideas, que no tienen por qué ser idénticas, pero siempre nos las respetamos. Te agradezco que seas una excelente sobrina y ahijada, por hacerme re descubrir a Led Zeppelin, a respetar al Flaco Spinetta y hasta perdonar a Ceratti. Lo único que puedo aconsejarte es que no dudes en demostrar afecto y agradecimiento, porque la vida es muy corta y cuando querés darte cuenta ya no están a mano las personas a quien querés brindárselo, tampoco en jugarte por tus ideas o por los seres que amás, y que en la vida siempre son preferibles los Mark Darcy que los Daniel Cleaver, aunque realmente, a esta altura del partido te puedo asegurar que las cosas no se resuelven tan fácilmente como en las películas y que están matizadas de grises, no son ni blancas ni negras, básicamente tratá de rodearte de buena gente que te acepte como sos y que te respeten. Lamento que mis padres no estén aquí para compartir este momento maravilloso, pero sé que desde donde se encuentran, están orgullosos de la hermosa mujercita en la que te convertiste, y no lo dudes, te cuidan día a día.
Espero ansiosa tu fiesta de 15, con la que generosamente tus padres permiten que participe de forma activa, aceptando sugerencias y colaboración, pero tengo bien claro que la única protagonista sos vos, por mi parte me conformo con ser una digna actriz de reparto.
A esta altura, si es que no abandonaste la lectura (en eso no saliste a mí), me estarás puteando en ocho idiomas por lo extenso del mensaje, en fin ya sabés como soy, amo las palabras, pero quiero que sepas que podés contar incondicionalmente conmigo y que siempre que lo necesites o simplemente tengas ganas, acudas a mí, que cual un puerto seguro, estaré esperándote gustosa de poder darte lo mejor de mí. Un besote
Tía Silvia