viernes, 28 de diciembre de 2007

Buenos propósitos para el nuevo año que sé que no cumpliré:

  • Ser más ordenada
  • Tratar de estar lista en menos de una hora
  • Remolonear menos por las mañanas
  • Tratar de salir diez minutos antes de mi casa por las mañanas
  • Llevar menos cosas en mi bolso
  • Poder asomar la cara fuera de mi casa sin maquillaje
  • Declararle la guerra a las harinas
  • Consentir menos a mis sobrinos y a mi perra
  • Ser más tolerante con los gustos musicales ajenos
  • Evitar el estrés
  • Ahorrar
  • Ser mejor ama de casa
  • Evitar discusiones inútiles
  • Hablar menos por teléfono
  • Tratar de aprender cosas que no me interesan
  • No caer en la tentación de compras compulsivas e inútiles
  • Ser más segura
  • Terminar las cartas que comencé para mi familia de España (que se niegan a utilizar el mail) hace más de un año.
  • Estar menos a la defensiva
  • Cancelar todas las tarjetas de crédito
  • Comprarme menos ropa negra
  • Utilizar toda las cremas y/o tratamientos faciales que me he comprado
  • Mantener el escritorio lo más vacío que pueda

Como verán buenas intenciones no me faltan, pero el tema es la voluntad... con sólo llegar a concretar el 25% de ellas, me daré por satisfecha!

Diez excusas pueriles para pegarle el “faltazo” al gimnasio:

  1. Hace frío
  2. Hace calor
  3. Me estoy por indisponer o me indispuse
  4. Estoy contracturada
  5. Tengo sueño (y me mantengo despierta hasta las 0:00 o aun más tarde)
  6. No quiero llegar tarde a casa (y me quedo perdiendo el tiempo con otras cosas)
  7. No quiero levantarme temprano
  8. La remera y/o el pantalón que me traje no me quedan bien (si sigo faltando, TODA la ropa me va a quedar mal)
  9. Me olvidé las medias, la toalla de mano, algo para atarme el cabello (se puede prescindir o reemplazar estos elementos)
  10. Me duele la cabeza

Acerca de los héroes caninos...


Leo que una perra en la zona sur de Rosario evitó el suicidio de su dueño, quien trataba de colgarse de un árbol, alertando a los otros miembros de la familia con sus ladridos.
Sinceramente no me extraña, por lo que sé de los perros, la percepción que tienen con respecto a los otros miembros de su manada (sí, así es como nos ven a nosotros, su familia humana) es increíble…
Puedo hablar por mi propia experiencia, Millie, mi pastora belga de 6 años, no me salvó de un intento de suicidio, pero sí de caer en un pozo depresivo. Al fallecer mi padre, hace dos años, cuando sólo hacían dos meses que estaba en mi casa, mi perra se encargó de hacer más llevadera mi vida, al llegar a casa (casi siempre llorando) su sola presencia requiriendo atención y mimos me permitió poner el foco en ella y no en mi tristeza. Ni mi familia, ni mis amigos fueron tan oportunos como Millie. Recuerdo un día, en que, después que me enteré de una mala pasada que me hicieron en el trabajo, me largué a llorar y ella, quien hasta ese momento no entraba a mi habitación, se echó junto a mí en mi cama, y me dormí abrazada a ella, como si fuera el oso de peluche de mis seis años…
Cuando por las mañanas me despierta con ganas de jugar y que le prodigue cariño (y ella a mí), siempre siento que tan solo por ese momento del día, bien vale la pena vivir…
Sé que es inquieta, demandante, traviesa, que se desvive por robar medias y algo de comida, que en un descuido se le puede caer a mi familia o a mí, que se apropia de todo lo que encuentre en el suelo, que no me obedece mucho, se lleva mal con mi sobrino, que me despierta los fines de semana a las 8 de la mañana, pero tan sólo con ver tal dimensión de amor en sus ojazos negros, me hace feliz… (desafío a cualquiera de los hombres que compartieron mi vida, a recordar si pudieron lograr algo similar con tan poco).
Hace poco estuvo enferma, tuvimos que operarla de urgencia… no se imaginan mi desesperación por querer salvarla y evitarle cualquier dolor y no poder hacer nada, salvo confiar en el veterinario, quien como un Dr. House improvisado, me cambiaba el diagnóstico cada vez que la veía. Gracias a Dios está bien, más que repuesta, la única secuela (además de no poder tener cachorritos) es que está más consentida y cariñosa que nunca…
Por eso agradezco el momento en que nuestras vidas se cruzaron, así como también a su antigua dueña (mamá sería lo más apropiado) por confiármela y a mi amigo José Luis por habernos conectado. Sin dudas, Millie me ha salvado.

jueves, 27 de diciembre de 2007

LOS HOMBRES SENSIBLES, LOS REFUTADORES DE LEYENDAS Y LOS REYES MAGOS

Todos conocen la aguda polémica que suele encenderse en Flores cuando se acerca el seis de enero.Los Refutadores de Leyendas cumplen en esos días horarios especiales y desatan una intensa campaña. Naturalmente, tratan de esclarecer a los chicos acerca de la verdadera identidad de los Reyes Magos. Los más desaforados no vacilan en afirmar que estos personajes no existen y que la eventual aparición de juguetes sobre el calzado infantil es el resultado de sigilosas maniobras de los padres, amparados en las sombras de la noche.
Sus argumentos hay que decirlo son bastante sólidos. El profesor Pedro Del Moro los ha reunido y codificado en su libro "Los Reyes son los padres". Esa obra, cuyo sólo título presagia revelaciones apocalípticas, comprende tres grandes capítulos, cada uno de ellos con razonamientos de distinto color. El primero se titula Testimonios. Cerca de doscientas personas cuentan experiencias personales que abonan la tesis central del libro.Transcribimos algunos fragmentos:
". Me costó dormirme. Siempre me pasaba lo mismo en noches como aquélla. Ese año mis pedidos habían sido bastante módicos. Un encendedor, una afeitadora eléctrica y una caja de lápices. A medianoche me desperté sobresaltado: ¿Había puesto mis zapatos en el pasillo? Me levanté para comprobarlo. Y entonces, en la penumbra del pasillo, subrepticio como un ladrón hincado sobre mis viejos mocasines, vi a mi padre con los regalos. Se levantó lentamente. Durante un largo rato nos miramos con encono."
- De modo que así son las cosas -le dije
.- - - Déjame que te explique...
- - - No, papá -no me importó ser cínico-. Creo que ya es demasiadotarde para explicaciones...
"Es probable que los berretines novelísticos del profesor Del Moro conspiren contra el estilo expositivo que es deseable en toda obra de especulación científica. Las otras historias del primer capítulo son -si bien se las mira- todas iguales: sujetos que sorprenden a sus padres en situaciones comprometidas, confesiones espontáneas de padres arrepentidos, trampas preparadas de antemano y hasta fotografías reveladoras. El mas impresionante es el caso de un joven estudiante de farmacia que habiendo entrado en sospechas a causa del demasiado trato con las ciencias, amenazó a su madre con un arma hasta que la pobre mujer reconoció sus usurpaciones.
En el segundo capítulo, Del Moro apela al sentido común. Básicamente sostiene:
a) Que es por lo menos improbable que tres personas visiten todaslas casas del mundo en una sola noche.
b) Que también resulta difícil admitir que puedan acarrear en sus bolsas centenares de millones de juguetes.
c) Que los regalos que amanecen sobre los zapatos el 6 de eneroparecen más paternales que reales, sobre todo en el precio.
Sobre la alfalfa que algunos niños dejan en el patio, Del Moro opina que es ingerida por los padres, quienes de este modo no solamente serían los Reyes Magos, sino también los camellos. El tercero y último capítulo es una larga serie de consejos sobre la conveniencia de no fomentar ilusiones en los niños y de explicarles todo, en términos amables pero rigurosamente exactos.Los Hombres Sensibles de Flores, por el contrario, prefieren que los chicos crean en los Reyes, en las hadas y en el mundo de los sueños.
Por eso cada vez que se encuentran con un pibe le cuentan que hay ratones que dejan dinero bajo las almohadas, si uno les pone un diente. O que el hombre de la bolsa se lleva a quienes sienten repugnancia por la sopa. O que soplando panaderos se consigue lo que uno quiere. O que pisando baldosas rojas se ahuyentará al demonio. O que haciendo gancho con los dedos se impide a los perros exonerar sus intestinos.
En la anual discusión de los Reyes Magos, los Hombres Sensibles acusan a los Refutadores de Leyendas de obrar con el único propósito de ahorrarse el regalo. A su turno, los Refutadores declaran que muchos pibes de Flores fingen creer, aun siendo escépticos, al solo efecto de recibir un trencito o una pelota. "Esta infame actitud -dice el profesor Del Moro en su libro- es propia de niños perversos y mezquinos. ¿Que se puede esperar de quienes venden su inocencia por una bicicleta?"
Los Hombres Sensibles tienen en esos asuntos algunos aliados indeseables. Muchas personas que se jactan de su dulzura suelen cometer el desatino de intentar la demostración racional del mundo mágico, para convencer del todo a los chicos. Así, cada Navidad, docenas de pajarones se disfrazan de Papá Noel (una ilusión gringa, les garanto). Otros hacen el Rey Mago y hasta llegan a saludar y besar a sus sobrinos para que crean o revienten.Desde luego, esto no debe extrañarnos en un mundo en que la gente cree solamente en lo que se ve y se toca. No comprenden estas personas que es cien veces más verosímil un personaje que no se ve jamás y tiene la apariencia de nuestros sueños, que el chitrulo pintado de negro, que se ha puesto el batón de nuestra abuela, se parece al tío Raúl y huele a cerveza.
Yo no creo que los chicos se traguen esos disfraces. En los tiempos de mi infancia, la tienda Gath & Chaves solía exhibir en sus salones a los Reyes Magos. Yo tenía 5 años, y aunque era bastante pavote, razonaba que se trataba de tres impostores pagados por la tienda. No era posible que quienes provenían del Barrio Celeste anduvieran tomando partido por la prosperidad de una casa de comercio.
Manuel Mandeb en su estudio "Ilusiones eran las de antes" se queja de esa tendencia a la garantía visual. Veamos: "...En estos asuntos el exceso de pruebas es más sospechoso que la ausencia de ellas. Muchos niños han creído en los Reyes hasta que los vieron. Lo único que hay que hacer es sembrar la ilusión. Después ésta crecerá sola. Nada de disfraces ni payasadas. Si insistimos en mostrar al niño todo aquello cuya existencia postulamos, llegará un día en que el pequeño sabandija nos exigirá que le mostremos el desengaño o un átomo o una esperanza Y como no podremos hacerlo, el tipo reputará inexistentes a esperanzas, desengaños y átomos...
"No andaba desacertado Mandeb. Cuando uno ve películas de terror cree firmemente en el monstruo hasta que lo ve. Entonces descubre que no se trata del verdadero horror (que existe positivamente dentro de nosotros) sino de un truco lamentable. Pero algunos párrafos más adelante, el pensador árabe vuelve a caer -como tantas veces- en el desafortunado rumbo de los tomates.Siguiendo con el criterio de no aportar pruebas concretas, Mandeb llega a insinuar la conveniencia de suprimir el regalo de Reyes por considerarlo una concesión improcedente: "... Así todo sería ilusión: los Reyes, su visita y aun el regalo, del que podría hablarse, pero que sería imposible de ver y tocar. Los niños correrían en monopatines imaginarios shotearían pelotas soñadas, que son las mejores porque nunca se pinchan ni se pierden ni son cortadas en pedazos por los vecinos intolerantes."Mandeb pensaba, además, que la abolición de la recompensa ennoblecía la creencia y -por otra parte- eliminaba injusticias: "Los chicos pobres son capaces de sueños tan rumbosos como los de los príncipes."
Manuel Mandeb, como tantos Hombres Sensibles, creía realmente en los Reyes Magos. Todos los cinco de enero ponía sus zapatones en la ventana de la pieza de la calle Artigas donde vivió muchos años. Jamás le dejaron nada, es cierto. Pero el hombre suponía que esto obedecía a su conducta, no siempre intachable. En los días previos, las viejas del barrio creían notarlo amable y compuesto. Quizás no eran suficientes esos méritos de compromiso, No es fácil engañar a los Reyes. Muchos de sus amigos sintieron alguna vez la tentación de dejarle algún regalito. Pero no quisieron engañarlo. Ellos también esperaban con él. Y hacían fuerza para que alguna vez apareciera aunque más no fuera un calzoncillo. Nunca ocurrió nada, pero la fe de los Hombres Sensibles de Flores no se quiebra fácilmente. ¿Qué virtud encierra creer en lo evidente? Cualquier papanatas es capaz de suscribir que existen las licuadoras y los adoquines. En cambio se necesita cierta estatura para atreverse a creer en lo que no es demostrable y –más aun- en aquello que parece oponerse a nuestro juicio. Para lograrlo hay que aprender -como quería Descartes- a desconfiar del propio razonamiento. Por supuesto, en nuestro tiempo cualquier imbécil tiene una confianza en sus opiniones que ya quisiera para sí el filósofo más pintado. La incredulidad es -según parece- la sabiduría que se permiten los hombres vulgares. Nosotros resolvimos apostar una vez más por las ilusiones. Por eso hicimos nuestras cartitas, pusimos nuestros enormes y pringosos zapatos en las ventanas, en los patios y aun en los jardines. Y el seis de enero recogimos nuestros sencillos regalos y se los mostramos a los vecinos.- Mire lo que nos trajeron los Reyes.Algunos Refutadores de Leyendas nos miraban con envidia, silenciosamente.
Extraído de "Crónicas del Ángel Gris"de Alejandro Dolina.

viernes, 21 de diciembre de 2007

Sobre Papá Noel según un tema de Frank Delgado

Algo de humor...

Carta a Santa Claus
(Frank Delgado, cantautor cubano)

Querido Santa Claus yo te escribo

pues me he portado muy bien este año.

Yo soy un niño muy caritativo

que a los animalitos no hace daño.

Que me trago la comida

insípida de mi abuela,

que le cargo sus mapures

que le friego las cazuelas.

Soy bastón de los viejitos

en difíciles subidas,

lazarillo de los ciegos

al cruzar por la avenida.

A mi mamá la sigo en sus creencias

y a mi papá le cepillo las botas.

Realizo mis tareas a conciencia

y a fin de año tuve buenas notas.

Y hasta he ganado concursos

que premian sabiduría,

ya no escribo en las paredes

y cuido la ecología.

No me burlo de Carlitos

diciéndole "cuatro ojos",no le
digo "dientefrío" a Manolito y no lo enojo.

Por eso es que te pido, venerable Santa Claus:

te acuerdes de este niño que tan bien se te portó.

Tal vez un tren eléctrico, un Nintendo, o qué sé yo.

O una patineta, mejor una bicicleta.

Esa es la mejor manera de premiara un niño ejemplar.

Entonces, Santa Claus, es que no entiendo

que me hayas traído un camión de madera,

un dominó -que no es ningún Nintendo-

y sobre todo aquella mierda de trompeta.

Te voy a decir que haces

si antes yo no te estrangulo:

esos ridículos jugueteste los metes en el culo.

Pedante Santa Claus y me disgusta

que hasta el hijo menor de mis vecinos

que un soberbio tronco de hijueputa,

enano con instintos asesinos

se pasea por el barrio, él con su nueva bicicleta,

y yoy yo con ganas de meterleen la cabeza la trompeta.

Pero que se cuiden los viejitosde mi ira despiadada

y si me encuentro a tus renos,

coño, me los cagaré a pedradas.

Por eso es que te digo, decadente Santa Claus,

me cago en tu trineo y la puta que te parió.

Hice de comemierda todo un año y no sirvió,

para el año que viene,

sí,para el año que viene,

sí,para el año que viene seré yo

un niño cabrón.

jueves, 20 de diciembre de 2007

Cuentito de Leo Masliah

Espero que les guste............



Literatura con vallas

El ómnibus se detuvo en el kilómetro doscientos once. Marisa bajó y el chofer también, para entregarle su equipaje.

Cuando el ómnibus retomó sumarcha Marisa empezó a caminar. Eran parajes de tierras rojizas. Ignoro porqué tenían este color; en verdad no sé nada de geología.

Marisa caminó un par de kilómetros y se sentó a descansar sobre su equipaje.Ignoro si hacía calor o frío porque no sé nada de meteorología (además yo noestaba allí).

Marisa quería levantarse y seguir su camino, pero teníadolores en la pelvis. Nada puedo decir, por desgracia, sobre el origen deestos dolores, porque carezco de los más elementales conocimientos deginecología.

Marisa hizo acopio de fuerzas y se levantó. Para orientarse mejor sacó de su bolso unos binoculares (o quizá fuera un catalejo; no sé nada sobreinstrumentos ópticos) y echó una ojeada a los confines de su visibilidad.Avistó una figura humana, mosqueando en el horizonte. Caminó hacia ella. La figura caminaba a su vez hacia Marisa. Esto es lo que creo, aunque no me respalda en ello ningún conocimiento de geometría.Unos minutos después la figura se hizo reconocible para Marisa. Era un hombre. Andaba casi desnudo y estaba peinado y maquillado con arreglo a las normas vigentes en el grupo humano, tribu, clan o a lo que fuera que é lpertenecía. No quiero dar detalles sobre esto por miedo a meter la pata, ya que no sé absolutamente nada de antropología.

Cuando lo tuvo cerca, Marisa sacó su cámara fotográfica. Creo que se puso a regular el fotómetro, y no sé cuántas cosas más. Marisa era una excelente fotógrafa, pero yo, no solamente no lo soy, sino que no tengo la más puta idea de cómo se saca una foto. Parece que aquel hombre tampoco la tenía, porque cuando vio el artefacto se asustó. Se acercó a Marisa y le arrancó la cámara de las manos. No conforme con esto, le arrancó también la ropa y -ya con más delicadeza- se sacó él mismo la poca que traía puesta.

Entonces ocurrió algo que que me veo incapacitado de describir, quizá por falta de experiencia personal en la materia. No sé nada sobre sexo, y creo que por ahí corría el asunto. (Perdón si en algún momento me expreso deforma confusa o incorrecta; es que no sé nada de gramática.)

En verdad la única disciplina que domino es la literatura. Sinceramente, creo que sé más que nadie en esta materia. Pero ya no puedo escribir más, lo siento. Mi falta de formación en otras disciplinas me lo impide, interponiéndose constantemente entre mi pluma y mis lectores. Esta traba merecería de mi parte, sin duda, un profundo estudio, pero yo no lo puedo hacer porque no sé nada de epistemología.

Sólo me queda entonces decir adiós, y gracias (no sé si corresponde despedirme así; perdón, pero es que no sé nada sobre modales).

Leo Masliah

lunes, 17 de diciembre de 2007

Acerca de los regalos

¡Qué lindas las Fiestas…! Nos traen cosas tan agradables como tratar de agendar 18 reuniones de despedida de año (comenzamos en Octubre) incluso con gente que no nos interesa, pelear por el lugar donde las pasaremos, y entre todas surge el dilema de los regalos… Cabe aclarar que me encanta hacerlos, disfruto realmente realizándolos, según dicen mis conocidos, soy lo que se dice una buena regaladora, no soy infalible, pero tengo un buen porcentaje de aceptación.
Nada me pone de peor humor que gente cercana me regale cosas que no tienen nada que ver conmigo, soy tan explícita con mis gustos, que hasta las piedras conocen mis preferencias musicales, literarias, futbolísticas, televisivas, artísticas… Pero no, siempre hay alguien que me quiere redimir y me regala un libro de Pablo Coelho, una remera naranja flúo o verde loro, un CD de Alejandro Sanz (se creen que es lo mismo que Ismael Serrano) y me quedo a mitad de camino entre poner cara de agradecimiento y para mis adentros insultar por el tener que ir a cambiar el susodicho regalo sin ofender susceptibilidades. No crean que soy una desagradecida, todo lo contrario, pero lo que me molesta es que no se percaten sobre lo que me gusta, siento que no me prestan la misma atención que yo a ellos, siempre y cuando se traten de personas allegadas, por supuesto. Con poco se puede quedar bien conmigo, no tengo gustos pretenciosos, todo lo contrario… Es notable pero los que por lo general quienes aciertan son mis amigos, tanto las mujeres como los varones (espero que éstos se comporten de igual manera con sus respectivas parejas), será porque entre tantas cosas compartimos gustos, o porque disfrutamos escuchándonos…
Un párrafo aparte merecen los otros, los que tras argumentos como “No espero a estas fechas para hacer un regalo” (por lo general no lo hacen nunca) “No caigo en el mecanismo consumista, no compro nada” (pero sí aceptan de buen grado todo lo que venga de arriba) ocultan su marcada avaricia… Estos casos quizás son los peores, porque ni siquiera tienen un gesto de generosidad (recuerden ese precepto freudiano, se es con el dinero como se es con los afectos).
En fin lo que puedo aconsejar, es que para hacer un presente que deje contento al receptor, lo importante es prestarle atención a sus gustos, las alusiones que se hacen al respecto (las mujeres solemos ser especialistas en este aspecto), escuchar y si se trata de alguien con quien no tenemos demasiada confianza, no nos arriesguemos, vayamos a lo seguro y clásico, como una billetera, una planta, lapiceras, en fin algo que sea un comodín, y si no le gusta, seguro lo hará circular hacia otra persona, quien quizás se quede contenta.

Acerca del recital…

Voy a dar mi opinión totalmente subjetiva ¡fue maravilloso! La verdad es que cuando las personas disfrutan sobre el escenario lo trasmiten al público, y este es el caso, vi a dos personas mayores (para nada viejos) que están de vuelta de todo, manejarse con gracia y encanto, dando lo mejor de sí.
Por mi parte me gustaron más las canciones de Sabina en boca de Serrat que a la inversa (particularmente me desagradó “Tu nombre me sabe a hierba”) y que con los años, siento más cercanos (en cuanto a experiencia de vida) los temas de Sabina que los de Serrat (aunque realmente amo su poesía), ¿quién no puede sentir como propias canciones como “Amor se llama el juego”, “A la orilla de la chimenea” “Y sin embargo” “Ruido”?.
Algo para destacar, como cambió la fisonomía del público, mucho más “sabinero” que “serratero”, lo cual quedó demostrado en el momento de corear los temas. Otro detalle que noté, tras presenciar 6 recitales de El Nano y 7 de Joaquín, es que antes la gente arengaba o aplaudía ante ciertas menciones (como por ejemplo “lilas, rojas y amarillas” o “boina de El Che”) ahora nada…
Lo único feo de la noche es ajeno al recital, son los cuatro “cacheos” que tuvimos que soportar, he concurrido a recitales de toda índole y JAMÁS vi que robaran tanto en pos de una supuesta seguridad, por ejemplo a una amiga le quitaron una miniatura de un perfume importado para evitar que se lo tire a alguien, ¿quién en su sano juicio pagaría $80.- de entrada para arrojar un frasco que vale el doble desde una platea alta?. Después me entero que a la gente que fue a las plateas más caras no padeció estos abusos. Supongo que es parte de la filosofía Macri, los que pagamos menos somos más sospechosos de cometer atrocidades que los que pueden costearse algo más caro…

viernes, 14 de diciembre de 2007

Hoy puede ser un gran día....

Después de sacar la entrada en agosto, recibirla en septiembre, guardarla cuidadosamente, hoy es el gran día para ir a ver el recital de Serrat / Sabina, lo único que espero es que el tiempo no nos juegue una mala pasada y que no llueva, pasarla bien y regresar sin inconvenientes a mi casa . En fin sé que el sacrificio económico bien vale la pena. A partir de mañana trataré de hacer una reseña.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

El por qué de "¡No somos nada!"

Acá les copio la letra de uno de mis grupos de rock en castellano preferidos, La Polla Records, la que dio el título a este blog ¿los motivos? Es que da la casualidad que soy hija de un obreros que no pudieron matar (se murió de tristeza, el pobre, por extrañar a mi vieja) y nieta de gente que perdió la Guerra Civil Española, por tal motivo...:

No somos nada

Queridos amiguitos, en este mundo todo está bajo control... ¿todo? ¡No! Una
aldea poblada por irreductibles galos resiste ahora y siempre al invasor con una
poción mágica que los hace invencibles: el cerebro

Somos los hijos de los obreros que nunca pudisteis matar,por eso nunca,
nunca votamos al Partido Popular,ni al PSOE ni a sus traidores ni a ninguno de
los demás. Somos los nietos de los que perdieron la Guerra Civil¡No somos
nada!¡No somos nada!

Somos los hijos de los obreros que nunca pudisteis matar,No somos punk, ni
mod, ni heavy, rocker, ni skin, ni tecno Queréis engañarnos, pero no podéis;
tampoco tenemos precioVosotros veréis qué hacéis, nosotros ¡ya veremos!¡No somos
nada!¡No somos nada!

Somos los hijos de los obreros que nunca pudisteis matar. Somos los nietos
de los que perdieron la Guerra Civil. Somos los hijos de los obreros que nunca
pudisteis matar.Somos los nietos de los que perdieron la Guerra Civil¡No somos
nada!¡No somos nada!

Quieres identificarnos, tienes un problema

Bertolt Brecht

· "Si la gente quiere ver sólo las cosas que pueden entender, no tendrían que ir al teatro: tendrían que ir al baño."
· "Hay
hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles."
· "El peor analfabeto es el analfabeto
político. No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. No sabe que el costo de la vida, el precio de los frijoles, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas. El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales".

Algo del maestro...

Para los que me conocen, seguro tienen que esperarse algo de Silvio Rodríguez, a quien admiro profundamente, lo que les dejo es la letra de una bella canción que ¡Oh casualidad! coincide con lo que pienso....

“El necio”
Para no hacer de mi icono pedazos,
para salvarme entre únicos e impares,
para cederme un lugar en su Parnaso,
para darme un rinconcito en sus altares
me vienen a convidar a arrepentirme,
me vienen a convidar a que no pierda,
me vienen a convidar a indefinirme,
me vienen a convidar a tanta mierda.

Yo quiero seguir jugando a lo perdido,
yo quiero ser a la zurda más que diestro,
yo quiero hacer un congreso de lo unido,
yo quiero rezar a fondo un hijonuestro.
Dirán que pasó de moda la locura,
dirán que la gente es mala y no merece,
más yo partiré soñando travesuras
(acaso multiplicar panes y peces)

Dicen que me arrastrarán por sobre rocas
cuando la Revolución se venga abajo,
que machacarán mis manos y mi boca,
que me arrancarán los ojos y el badajo.
Será que la necedad parió conmigo,
la necedad de la que hoy resulta necio:
la necedad de asumir al enemigo,
la necedad de vivir sin tener precio.
yo no sé lo que es el destino,
caminando fui lo que fui.
Allá Dios, que será divino.
Yo me muero como viví.

Silvio Rodríguez

Elogio de la mujer brava

Bueno, por fin me decidí a tener mi propio espacio, viendo los blogs de amigos, me entraron ganitas de expresar lo mío, no sé si tendré la paciencia y constancia que el hecho requiere, pero bueno, voluntad no me falta.
A modo de presentación elegí un texto, que me gustó mucho, un tanto extenso para los que no les gusta leer (como no es mi caso, ténganme paciencia), sé que la mayoría de los hombres no opina así, pero el solo hecho que haya uno, ya es bastante:

Elogio de la mujer brava (Por Héctor Abad)


A los hombres machistas, que somos como el 96 por ciento de la población
masculina, nos molestan las mujeres de carácter áspero, duro, decidido. Tenemos
palabras denigrantes para designarlas: arpías, brujas, viragos, marimachos. En
realidad, les tenemos miedo y no vemos la hora de hacerles pagar muy caro su
desafío al poder masculino que hasta hace poco habíamos detentado sin
cuestionamientos. A esos machistas incorregibles que somos, machistas
ancestrales por cultura y por herencia, nos molestan instintivamente esas fieras
que en vez de someterse a nuestra voluntad, atacan y se defienden.

La hembra con la que soñamos, un sueño moldeado por siglos de prepotencia y por genes de bestias (todavía infrahumanos), consiste en una pareja joven y mansa, dulce y sumisa, siempre con una sonrisa de condescendencia en la boca. Una mujer bonita que no discuta, que sea simpática y diga frases amables, que jamás reclame, que abra la boca solamente para ser correcta, elogiar nuestros actos y celebrarnos bobadas. Que use las manos para la caricia, para tener la casa impecable, hacer buenos platos, servir bien los tragos y acomodar las flores en floreros. Este ideal, que las revistas de moda nos confirman, puede identificarse con una especie de modelito de las que salen por televisión, al final de los noticieros, siempre a un milímetro de quedar en bola, con curvas increíbles (te mandan besos y abrazos, aunque no te conozcan), siempre a tu entera disposición, en apariencia como si nos dijeran "no más usted me avisa y yo le abro las piernas", siempre como dispuestas a un vertiginoso desahogo de líquidos seminales, entre gritos ridículos del hombre (no de ellas, que requieren más tiempo, y se quedan a medias).

A los machistas jóvenes y viejos nos ponen en jaque estas nuevas mujeres, las mujeres de verdad, las que no se someten y protestan, y por eso seguimos soñando, más bien, con jovencitas perfectas que lo den fácil y no pongan problema. Porque estas mujeres nuevas exigen, piden, dan, se meten, regañan, contradicen, hablan, y sólo se desnudan si les da la gana.

Estas mujeres nuevas no se dejan dar órdenes, ni podemos dejarlas plantadas, o tiradas, o arrinconadas, en silencio, y de ser posible en roles subordinados y en puestos subalternos. Las mujeres nuevas estudian más, saben más, tienen más disciplina, más iniciativa, y quizá por eso mismo les queda más difícil conseguir pareja, pues todos los machistas les tememos.

Pero estas nuevas mujeres, si uno logra amarrar y poner bajo control al burro machista que llevamos dentro, son las mejores parejas. Ni siquiera tenemos que mantenerlas, pues ellas no lo permitirían porque saben que ese fue siempre el origen de nuestro dominio. Ellas ya no se dejan mantener, que es otra manera de comprarlas, porque saben que ahí -y en la fuerza bruta- ha radicado el poder de nosotros los machos durante milenios. Si las llegamos a conocer, si logramos soportar que nos corrijan, que nos refuten las ideas, nos señalen los errores que no queremos ver y nos desinflen la vanidad a punta de alfileres, nos daremos cuenta de que esa nueva paridad es agradable, porque vuelve posible una relación entre iguales, en la que nadie manda ni es mandado. Como trabajan tanto como nosotros (o más) entonces ellas también se declaran hartas por la noche, y de mal humor, y lo más grave, sin ganas de cocinar. Al principio nos dará rabia, ya no las veremos tan buenas y abnegadas como nuestras santas madres, pero son mejores, precisamente porque son menos santas (las santas santifican) y tienen todo el derecho de no serlo.

Envejecen, como nosotros, y ya no tienen piel ni senos de veinteañeras (mirémonos el pecho también nosotros, y los pies, las mejillas, los poquísimos pelos), las hormonas les dan ciclos de euforia y mal genio, pero son sabias para vivir y para amar, y si alguna vez en la vida se necesita un consejo sensato (se necesita siempre, a diario), o una estrategia útil en el trabajo, o una maniobra acertada para ser más felices, ellas te lo darán, no las peladitas de piel y tetas perfectas, aunque estas sean la delicia con la que soñamos, un sueño que cuando se realiza ya ni sabemos qué hacer con todo eso.

Somos animalitos todavía, los varones machistas, y es inútil pedir que dejemos de mirar a las muchachitas perfectas. Los ojos se nos van tras ellas, tras las curvas, porque llevamos por dentro un programa tozudo que hacia allá nos impulsa, como autómatas. Pero si logramos usar también esa herencia reciente, el córtex cerebral, si somos más sensatos y racionales, si nos volvemos más humanos y menos primitivos, nos daremos cuenta de que esas mujeres nuevas, esas mujeres bravas que exigen, trabajan, producen, joden y protestan, son las más desafiantes, y por eso mismo las más estimulantes, las más entretenidas, las únicas con quienes se puede establecer una relación duradera, porque está basada en algo más que en abracitos y besos, o en coitos precipitados seguidos de tristeza: nos dan ideas, amistad, pasiones y curiosidad por lo que vale la pena, sed de vida larga y de conocimiento.